La iluminación LED ha triunfado en el mercado gracias a su capacidad de ahorro, eficiencia, calidad y alta resistencia. Somos muchos los consumidores que conocemos y disfrutamos de la iluminación LED, pero aún existen dudas y desconocimiento sobre su funcionamiento, lo que ha desembocado en falsos mitos a su alrededor.
En NTE Sistemas, te vamos a explicar cuál es la realidad tras los mitos y mentiras que se han ido generando a lo largo del tiempo sobre la iluminación LED. ¡Vamos!
Tabla de contenidos
ToggleUn cambio de mentalidad
A día de hoy, la iluminación LED ha experimentado un gran crecimiento y se encuentra en la mayoría de establecimientos y hogares. Se ha convertido en un tipo de tecnología que está al servicio de la necesidad básica, iluminar de forma eficiente.
Pero hace tan solo unos años, eran las lámparas incandescentes las que iluminaban los hogares. La sociedad desconfiaba en cierta manera de las luces de bajo consumo como una sustitución de la iluminación tradicional. Realmente, supuso todo un reto lograr que la gente reconociera los beneficios de la iluminación LED.
Lo que provocó el cambio de paradigma y de luminaria fue el incremento de las tarifas eléctricas, generando gran rechazo entre los hogares, que decidieron apostar entonces por una solución más eficiente. Hoy, la mayoría de los hogares cuenta con la iluminación LED y su utilización se ha expandido al sector laboral.
8 falsos mitos sobre la iluminación LED
Es una iluminación cara
La única realidad tras esta afirmación es el precio inicial que hay que pagar por la iluminación LED. Una bombilla LED tiene un coste monetario superior al de una convencional. Hasta ahí, es un hecho indiscutible.
Pero, esa inversión inicial será recuperada y amortizada a lo largo de la vida útil de estas lámparas, que cuentan con una gran capacidad de ahorro energético a medio y largo plazo. De hecho, estas bombillas utilizan un 80-90% menos de energía que la bombilla incandescente, aumentando considerablemente su vida útil. También hay que decir que, en los últimos años, el precio inicial de las LED ha ido reduciéndose.
Contiene sustancias tóxicas
Esta es una afirmación que se repite mucho estos años, en los que estamos especialmente concienciados con el medio ambiente y el ecologismo. En composición, las bombillas LED contienen metales pesados. Pero no son componentes dañinos como tal, ya que, debido al grosor de la bombilla, difícilmente serán liberados durante su uso. También son reciclables.
Al contrario, las lámparas fluorescentes contienen mercurio, plomo y otros materiales tóxicos, corriendo el riesgo de fuga por su fragilidad.
Su luz es pobre
Este mito proviene directamente de los inicios de las bombillas LED, cuando emitían una luz blanca y fría, debido al fósforo combinado con diodo azul. A día de hoy, la calidad de la luz LED es realmente buena, contando con una amplia gama de temperaturas. Desde el color más frío (6.000 K), al más cálido (2.500 K), logrando adaptarse a todos los gustos y ambientes.
Desgaste al uso
El número de encendidos y apagados no afecta a la vida útil de la bombilla. Y tampoco hay que esperar varios minutos hasta que se calienten para brindar una óptima luminosidad. A diferencia de las lámparas fluorescentes, las LED brillan casi al instante al encenderlas.
No resisten las vibraciones
Las LED son realmente robustas, ya que no disponen de vidrio frágil, filamentos o partes móviles que corran peligro. Al igual que el resto de materiales de policarbonato o aluminio, esta iluminación también pasa las pruebas de vibración con normas internacionalmente acordadas.
Son perjudiciales para la vista
La iluminación LED es tan segura para la vista humana como cualquier otra fuente de luz artificial. La intensidad es comparable con la de las bombillas tradicionales y lámparas halógenas, ya que su luz no está enfocada en un solo punto.
A mayor potencia, mejor iluminación
Nuestra medición de referencia para saber la cantidad de luz que emitía una bombilla eran los vatios. Actualmente, tenemos en cuenta la energía que consume la luminaria. Los lúmenes que nos ofrece cada bombilla, son los que realmente miden la cantidad de luz que produce.
Duran para siempre
Si bien es cierto que, las lámparas de iluminación LED tienen una mayor duración que las bombillas convencionales, como todo en la vida, nada es para siempre. Como todas las fuentes de luz, esta también se desvanece con el tiempo.
Como un gran factor a su favor, cuando las luces LED alcanzan su esperanza de vida, siguen brillando como si fueran nuevas. En la mayoría de casos, siguen ofreciendo un 70 % de luminosidad original.
La iluminación LED lleva un largo trayecto recorrido, pero será más largo aún el camino que le queda por recorrer. Son eficientes, accesibles, duraderos y altamente eficientes, por lo que, su evolución será incrementar sus beneficios y valores.
En NTE Sistemas apostamos por la implantación de las luces LED en los negocios y hogares, consiguiendo resultados eficientes y de alta calidad. Estamos a tu disposición para aconsejarte en todos tus proyectos. ¡Contáctanos!